Abel de Jesús Yluminatti

El Sabor de las Palabras

Amé este rostro, que es la pintura que creó mi mente para llenarme de una hermosa locura, su rostro está antes de mis palabras, y todas ellas son el reflejo de una aventura interior extraña, porque el pensamiento la erigió como una escultura, con el perfil de la sensibilidad absoluta de algo apasionado.Su caro nombre identifica a lo verdadero, y no se debe decir… por que… es el dulce secreto de aquel amor. Imágenes de un principioImágenes, ideas, cuadros, pensamientos, sentimientos expuestos a la verdad, todo ello permanece atado a la fantasía de una reacción maravillosa, de un sueño que comienza en la tapa, que sólo esconde un contenido, porque nadie puede arrancarle el corazón y mostrar lo que está encerrado en su interior, el alma se descubre cuando la mirada se detiene en la frontera que separa la primera palabra de los espacios sin sensaciones ni sensibilidades. Y es cuando uno hace sus pasos hasta el mundo de los acontecimientos de la mente, y mira para ver si existen las risas y las lágrimas de amos, y ve, y sabe si su silueta encaja con la historia, entonces se vuelve personaje, y se es parte de lo que uno quisiera ser. He caminado, volado… naufragado…, y también transitado sobre oscuridades, y la claridad de una soleada mañana; sé del oasis, y las dunas del desierto; me absorbió la selva misteriosa, y el cemento y los hieros de otras junglas; descubrí a la necesidad riendo, y a la sociedad llorando, y en cada hecho me miré sin descubrir mi persona, sin ver mis sombras, porque me deshice para ser parte de todo, habiéndome nada. Quiero ser la invisible imagen que desapareció hace años… pero sigue estando en cualquier sitio. Aunque no se pueda ver su rostro nunca, ni su piel, ni sus ojos, o su boca, sé que siempre tendré la caprichosa figura de una palabra manuscrita en el contraste de un blanco papel.

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