viernes, 26 de septiembre de 2008

Fernando Bermudez Ardila

Santos, Heroes y Satiros
En el comienzo de todo. Dios creó el cielo y la tierra…Entonces dijo: ¨Ahora hagamos al hombre¨… Y le dio su bendición… Así fue… Y Dios vio que todo lo que estaba muy bien…¨ (Gen 1). Creó Dios hombres Buenos y a su servicio, a su fe, fieles a sus mandamientos; pero el ser como tal ideó y formó fuera de sus principios santos, héroes y sátiros, que alejados de su fe, pronto se distanciaron de sus mandamientos. Así está escrito… y terminó vuestra versión divina y humana. ¨Que la gracia de Dios esté siempre con nosotros¨ (Apoc. 1).Así comienza un relato de quienes a costa de la fe, como creencia y principio religioso, utilizaron a Dios para justificar sus delitos. El hombre de todos los días, de todos los tiempos, cual fuera o sea su convicción espiritual, justificó sus errores, sus crímenes y debilidades acudiendo a la bondad divina como razón de todos los actos, Buenos y malos, para preservar en su malévola acción de poder y gobernar a su antojo. Se crea así la sociedad de muchos débiles y unos cuantos fuertes.No existe razón alguna, que justifique a través de los tiempos, el acto de corrupción. Tan cerca de dios pero tan lejos de sus mandamiento. Demostrando ésta que la condición humana del hombre de todos los tiempos, haya dispuestos de sus bienes o de su idea para agradar a su creador… Siempre hemos asistido a la blasfemia de el mismo delito, que tanto ofende al Dios que invocamos.Diferentes personas, diferentes creencias, pero una sola verdad: Temor a Dios, al menos en los más difíciles momentos. Sólo acudimos a Dios en las complicaciones, el dolor o la tragedia, pero nunca practicamos sus normas. Una señal de cruz para alejar nuestros males, o una espada para imponer nuestra voluntad a costa del mal, o un código terrenal para gobernar aún por encima del sacrificio universal.Este, como otros de sus escritos, permite a los colombianos y a la sociedad mundial, una clara interpretación de su contexto histórico, filosófico, humano y de convicción religiosa, para concluir en ese noble propósito de entender el transcurso de la vida, alejado de cualquier convencionalismo tradicional impuesto a través de la historia.Todos los gobernantes del mundo, y quienes hayan inmortalizado sus vidas en lo opaco de sus actos, los hemos aceptado como seres buenos al comienzo, y convertidos en malos al tiempo de su traición. Nada ha conmovido al hombre a lo largo de su existencia. Al final siempre hemos destruido condenado o codiciado sus fortunas como cuando ya no hacen parte de estos morales, que con estupor, malicia, ingratitud y olvido se les condena hasta hoy, para otros , constituyen conductas punibles sujetas a la más rigurosa acción del Estado.Si Sadam Hussein, bueno y eficaz hace más de veinte años, malo y perseguido por su convicción sunnita, para quienes lo acomodaron en su poder, justifican tal situación en medio de una masacre Shiita. Entonces, no estría bien escribir que sir Francis Drake, ladrón, pirata y violador para España, y su inquisición, fuera junto a otros tantos ingleses héroe y señor de los mares de la Reina.Los pueblos a través de los tiempos han construido enormes monumentos, obras de arte y lujosas construcciones para preservar e inmortalizar las hazañas de sus héroes; también hoy las mentes intelectuales existe la aplicación de la justicia para quienes masacraron nuestras culturas del pasado. Hemos asistido a posesionar papas corruptos, gobernantes criminales, lideres incestuosos, comunista, nazis, pedrastras y dementes como a santos y beatos.Con estupor la humanidad ha presenciado la locura débil de sus mandatarios y la elocuencia de sus opositores. Hemos visto caer imperios y el reconocimiento de los antes ofendidos. Los tiempos cambiantes no han permitido presenciar los procesos históricos para bien de algunos y tortura de otros.Concurrimos ahora al discurso de la historia, con el claro convencimiento de quienes con autoridad nos permiten señalar los delitos y justificar sin daños a terceros la construcción de un mundo basado en nobles ideales de convivencia y responsabilidad“Entre más cerca de la fe más lejos de sus mandamiento…”
Fernando Bermúdez Ardila
Buenos Aires
Argentina (2007).
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