viernes, 26 de septiembre de 2008

Fernando Bermudez Ardila

El Fin del Fin
Al día siguiente, como estaba escrito, todo cambió; ni primavera ni invierno, solo desastre, ceniza y destrucción. Ardía fuerte, a una temperatura demasiado elevada.El planeta pasó dejando mínimos rastros de vida…Había concluido una era y un soplo de la existencia degradada por el ser, cuya misión fue construir, conservar y proteger para toda una descendencia un legado con grandes beneficios.Sin embargo, no todos vivieron la tragedia, algunos encontraron un paraíso y allí vivieron; pasaron con tr
anquilidad, realizando grandes obras de infraestructura y urbanismo para el entorno, hasta desafiar la misma naturaleza y a sus propios Dioses, a quienes acompañaron por largos siglos de existencia.La ciencia y tecnología, elocuencia de las artes y el placer, también plasmaron sus pasos por este universo, trascendiendo a un Nuevo y distante mundo, que vendrá con el inicio de otra existencia, de la que no podríamos dar fe.Aún así, se percibe que la gran basura del planeta, oxidado y rojizo, seco y desbastado, de inmensas moles de concreto y vidrio, sin combustible ni gas, no se comparará con e próximo mundo, adornado de un verde follaje, con grandes caudales de ríos y agua por todo el pasar.El ciclo lógico de la vida demostró que luego de muchos siglos todo vuelve a un principio, trayendo consigo a una generación, poco o menos trágica que la concluida.Quienes tuvimos oportunidades de vivir esta historia podemos narrarla con toda seguridad: el acerado gasto y deterioro de los recursos naturales es un daño que tarde o temprano, se volverá contra los seres humanos. Científicos exponen sus teorías como los gases de invernaderos y su influencia sobre el calentamiento global pueden afectar el sistema de corrientes del Atlántico Norte y generar una próxima glaciación, o “era del hielo¨ a causa del descongelamiento de los polos.A pesar de que existen elementos tecnológicos y estudios relacionados con el clima, este se convierte en un factor complicado de prever. No obstante, en una situación de catástrofe, como el Tsunami ocurrido al final de 2004 en Asia, los animales son los primeros de presentir y huir de la situación.Aunque se teme por la rapidez del cambio climático y sus posteriores consecuencias, ningún estudio científico ha abalado tal percepción, al contrario, los efectos atmosféricos durante la humanidad han surgido paulatinamente; el calentamiento de los últimos cincuenta años tienen su razón en actividades humanas. La década del 90 a sido las más caliente de todas, dejando como resultado la muerte de al menos 160,000 personas, según la OMS (Organización Mundial Salud).Una glaciación, incluso en temporadas de inviernos norteamericanas y europeas podría convertirse, en un regulador demográfico, si se tiene en cuenta que las personas con insuficientes recursos económicos morirían por hipotermia y falta de protección.Se concluye entonces que si por mucho tiempo los seres humanos han sobrevivido a condiciones atmosféricas adversas, ahora poseen el capital, conocimiento y tecnología, para hacer frente a un desastre ambiental. Todavía existe una oportunidad, compromiso de la humanidad.A escaseado el oxígeno, la fe y la alegría, no hay vida, todo ha terminado, asistimos a nuestro funeral sí que nada podamos hacer.De esta manera fue contada la historia que alguien narró de un planeta que se llamó Tierra y que, aún viviendo, no existe.
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